Hace algunas semanas me encontraba en el brindis de fin de año de la nueva y controversial Secretaría de Comercio Exterior presidida por Beatriz Paglieri, y como era previsible entre los anfitriones se encontraba el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Como no fue sorpresa su presencia, tampoco lo fue el momento en que comenzó su discurso y tomó las riendas de la reunión defendiendo los últimos años de gestión y enfatizando la palabra “modelo”.
Durante su discurso (a mi criterio un tanto, por no decir completamente, descocado para un contexto festivo), rescaté frases como “este no es un modelo con metas de inflación” (citando palabras textuales de la primera mandataria) y otras más largas y ricas como “yo soy un soldado del modelo, y a mi la presidenta me ha dado la misión de defender una colina llamada balanza comercial”.
Más allá del entusiasmo de sus frases, el convencimiento que mostraba en su discurso y el terror que me causaba que compare todo esto con una guerra a través de la palabra “soldado”, note que el señor secretario se empeño no solo a defender el modelo, si no también a defender su postura y posición dentro de este aparato gubernamental. Es de esperarse: fue un personaje muy controversial y hoy es, potenciado por la mutación de Cristina, uno de los personajes no solo más nombrados, si no también más poderosos de este país.
Con las elecciones en el bolsillo era el tiempo de los ajustes. La mayoría lo esperaba. Y así fue. Si el pago de la deuda es imposible a través de reservas y el gobierno se niega a devaluar el tipo de cambio para evitar una corrida hacia el dólar, entonces es hora de aumentar la recaudación fiscal a través de la quita de subsidios. Primero se los comenzaron a quitar a las clases pudientes, pero como sabemos que eso no mueve la aguja de la recaudación, el gobierno fue por más. El siguiente paso fue transferir el subte a la ciudad y tirarle el “muerto” a la ineficiente administración del PRO que no tuvo más remedio que aumentar el boleto. Luego, aunque demorado por la operación de la presidenta, el gobierno anunció quitas de subsidios y aumento de boletos en los colectivos y peajes y dejar sin ayuda estatal a una de las industrias más decadentes de la administración K: la energía, entre otras.
Paralelo a todo esto, hay un problema que si bien “este modelo no tiene metas” para esta cuestión, es en ultima instancia la causante de la mayoría de los problemas económicos de este país: la inflación.
Con el aumento de los servicios públicos, esto presiona sobre la negociación de paritarias en los primeros meses del año y de aumentar los salarios al mismo nivel, el índice de inflación se iría por las nubles(según parece ser el razonamiento de la administración nacional). No cabe ninguna duda entonces: había que enemistarse lo más rápido posible con Hugo Moyano y desarticular la alianza CGT – Gobierno Nacional que alguna vez supieron mantener. Pero eso no alcanzó: el Gobierno creo una comisión interministerial para controlar la rentabilidad de los diferentes sectores y de esta manera regular las subas de salarios ajustándolas a los intereses empresariales y no a los índices de inflación, ni siquiera los oficiales.
La administración K que supo tener un modelo de crecimiento por demanda aumentando los salarios y con una creciente rentabilidad empresarial, hoy muestra signos de flaqueza. Los compromisos de la deuda y los desajustes sobre el tipo de cambio causado por varios años de inflación deterioraron el saldo comercial con el exterior y atentan contra las reservas internacionales del BCRA. El panorama no es oscuro, pero si preocupante: los ajustes monetarios y fiscales dejan en evidencia la fragilidad de la economía argentina y fundamentalmente de su dependencia con el exterior.
Las pruebas de la decadencia en la administración están a la vista: Lorenzino y Giorgi son un ministros inexistentes, los ministerios de Industria, Economía y Chancillería son un caos debido a la creación de la nueva Secretaría que aglutina todas las funciones de Comercio Exterior, Echegaray y Moreno se pelean por ver quien pone más restricciones a la importación de bienes y el Mercosur se debilita como Bloque debido a las diferencias comerciales que existen entre sus miembros.
Se vienen años un tanto complicados, el mismo Moreno en su discurso lo dijo. Aplaudamos los éxitos y critiquemos las falencias de la administración K hasta el momento, pero nunca dejemos de mirar hacia delante porque aún queda por delante casi 4 años de una Cristina que ha mutado y que aplica inyecciones ortodoxas a una economía que, dese la asunción de Néstor, se ha caracterizado mayoritariamente por su heterodoxia.
Un saludo!
Alejandro Tomás Scasserra
ale, una vez mas, brillante. solo tengo para arriquecer el debate, agregar que la pelea con moyano tiene un componente inflacionario peo no es el unico. y eso se mostro en la discusion por la reparticion de ganancias: kristina esta tratando que la negocioacion colectiva pase por una escala mas progresista, y que otros temas no salariales entren en el tapete. para lograr esto "los gordos" son obsoletos, con su viejo discurso peronista de obreros... ya no sirven. para mi, el apoyo va hacia los nuevos cuadros sindicales como el de pablo moyano, militante de la campora.... en cualquier momento se pelea con "papa" y lo tenemos al frente de la juventud sindical.
ResponderEliminarla soso
prendete fuego!
ResponderEliminarFAAAA!!!
bien bien.. todos opinamos.. "en el paaiis de laaa libeertaad!"
nanoNano mi querido..
Parte 1 : Me excedí los caracteres permitidos...
ResponderEliminarAle
Me parece que las últimas políticas no corresponden al pensamiento económico tradicional el cual se puede denominar “ortodoxia” por los siguientes motivos:
-Un ajuste, como por ejemplo pasa hoy en Europa, significa baja de salarios, baja de jubilaciones, despidos del sector público. Aquí, por el contrario en marzo habrá aumento a las jubilaciones, se negocian paritarias entre los empresarios y los sindicatos, y el sector publico no ha comunicado la intención de reducir su personal.
-Los ajustes liberales no discriminan, es decir se aplican a las clases medias y bajas por igual. La política actual pretende subsidiar a quien demuestre que lo necesite. Es un viraje realmente interesante de analizar y sobre todo novedoso, es decir heterodoxo, de política económica. O sea, en lugar de subsidiar a la oferta (compañías de transporte, servicios públicos), haciendo uso de un estado moderno y con tecnologías de la información (IT) subsidiar selectivamente a la demanda de acuerdo a su necesidad real, y si algún ciudadano o habitante siente que en el análisis resultante no es favorecido puede ir y demostrar su situación. ¡Esto es una democracia moderna!
Recalco esto, se intenta que los sectores que aun se encuentran en situación de ser ayudados para su re-inserción al mercado de trabajo no se vean afectados, ¡esto es novedoso!
Por lo tanto no me parece conveniente utilizar el término ajuste, pensando me gusto el termino “relocalización del ingreso”.
Dicha relocalización del ingreso era necesaria ya que 1ro: resultaba indignante que ciudadanos o habitantes de barrios Premium reciban un subsidio, 2do: el costo de los servicios públicos en AMBA son mas bajos que en el resto del país y 3ro: como hay una recesión internacional existe por el lado de las exportaciones industriales menores envíos en cantidad y por el lado de las exportaciones primarias menores precios internacionales con lo cual el país debe readaptarse a este nuevo escenario internacional. Con un simple ejemplo domestico puedo explicar mi postura. Si hace un mes cobraba $1.000.- y ahora por una situación X cobro $800.- no me queda otra alternativa que reducir mi gasto (Acción que como detalle arriba no es arbitraria sino localizada).
Parte 2
ResponderEliminarBienestar individual / Bienestar Social.
La gran cuestión sobre la quita de los subsidios se centra indefectiblemente sobre la cualidad del conflicto sincrónico definido como el conflicto entre lo individual y lo colectivo (Según las tesis de estudio del conflicto todos los conflictos tienen dos cualidades, la sincrónica (conflicto entre lo individual y lo colectivo) y la diacrónica (conflicto entre permanencia y cambio).
Planteo esto desde la visión de cierta parte de la clase media argentina la cual ha tenido años en los cuales le ha ido y le va muy bien en términos económicos y no comprenden el cambio de coyuntura internacional (diacronía) y sus significaciones para el proceso histórico que existe actualmente en el país. La presidenta lo dijo muy claro en su discurso del miércoles: “Mi interés es el bienestar social” (tal vez no fueron las palabras exactas, estoy diciendo de memoria)
La clase media pretende ser, como las clases altas, especialistas en la crematística (largo de explicar, ver http://es.wikipedia.org/wiki/Cremat%C3%ADstica), mientras que no se dan cuenta de una cuestión determinante: así como para que haya un gordo tiene que haber un flaco, o para que haya un negro tiene que haber un blanco; para que haya clases altas tiene que existir una clase media y baja, es decir, para que haya conciencia de si, para decir “pertenezco a la clase alta”, ese sujeto tiene que poder compararse con un sujeto que no es de clase alta. Sin el otro, el sujeto de clase alta no es. Necesita profundamente del otro sujeto (el de clase baja) para ser, en definitiva es una relación intima.
Y aun mas, se desconoce las características geométricas de un triangulo ∆, suponiendo que de alguna forma misteriosa una sociedad bajo el sistema de producción capitalista puede poseer un orden social donde la gran mayoría tenga un poder adquisitivo muy elevado y una escasa minoría no tenga ni para satisfacer sus funciones básicas.
Como dice JP Feinmann, la clase media no es lo que quiere ser (no es clase alta) y sabe lo que no quiere ser (clase baja), por lo que la imposibilidad o mejor dicho dificultad por lo detallado arriba de que solo unos pocos podrán ascender en la escala social le produce malestar, furia y odio. ¿Hacia quien? Hacia el otro en el cual ven su posible realización de sus miedos mas profundos, lo que no quieren ser. Hacia el sujeto que es lo que ellos quieren ser parecería que existe una continua adulación. Entonces, como no puede ser de clase alta, aunque sea pretende simular que es de clase alta, entonces se viste, lee, opina y así mas o menos en un termino medio (recordemos que hablamos en sentido teórico de la clase media) se siente satisfecho/a en relaciones sociales vacías de contenido establecidas entre la adulación y la sumisión.
En definitiva lo que planteo es que la gente que lee este blog no estamos en una situación en la cual necesitemos ser subsidiados. Pregúntenles a sus familiares cuando los pibes de entre 20 y 30 años podían viajar todos los años a Disney, Europa, Brasil, etc. Eso no es casualidad. Es una causalidad del crecimiento del salario real en Argentina. Entonces en lugar de ver siempre hacia su interés individual sepan apreciar que aun con todas las contradicciones de este gobierno esta medida es favorable.
Además, la respuesta del otro lado es muy fácil y seria mucho más drástica y con consecuencias más severas que el poco sacrificio que se pide ahora. Consecuencias por supuesto para la clase trabajadora. Obviamente si en el 2015 el Ing Macri asume la presidencia ahí van a saber lo que es, nuevamente, un gobierno de derecha liberal. Leamos sobre la época de los 90 y a no tragarse espejitos de colores.
Lo que yo llamo ajuste puede no ser una politica agresiva de baja de salarios en el sentido directo del termino. Sin embargo la aplicación de medidas más restrictias es real:en el ministerio está habiendo porblemas con algunos contratos y se muestran recios a la contratación de nuevo personal. Por otra parte, si bien el recorte de subsidios afecta a las clases más ricas (lo cual está perfecto), tambien afecta a las clases más bajas, especialmetne en los aumentos que respectan a transporte y energía. Si estos aumentos se materializan se transladas inmediatamente a los precios del resto de los bienes de consumo, entre ellos los alimentos.
ResponderEliminarSi los aumentos de salarios por paritarias quedan por debajo de estos aumentos de precios, eso es una reducción de salario real que, si bien no es de gran magnitud, afecta directamente a los consumidores que pierden poder adquisitivo.
Lo que pasa en Europa o aca son ajustes de mayor o menor medida pero ajustes en última instancia. Un ajuste, como lo entiendo yo, es la modificación de una determinada variable para lograr un fin que puede ser, por ejemplo, que "algo" siga funcionando como hasta ahora. Uno pude simplemente apretar una tuerca, arreglar un determina circuito electrico o directamente cambiar el motor, pero todos son ajustes.
Que es una perdida del salario real eso no lo pongo en discusión. Ahora, mi opinión es que uno debe reconocer que estos años ha tenido un buen estilo de vida y ya que en la época actual el ciclo económico es distinto me parece que hay que tener coherencia para aceptar estas medidas por el bien común. Argentino/a hay que ser todos los días, no solo un mes cada 4 años.
ResponderEliminarAdemas, como dije antes, tampoco es tan drástico!! Con lo que gasto en una semana para comer en el centro, pago la factura de luz que llego hace dos días de un bimestre!!!
No entendí porque mencionas que va a afectar a las clases bajas si justamente toda esta historia de las tarjetas SUBE es para subsidiar a la demanda, es decir, a quien realmente lo necesite, y respecto a luz y gas en la nota que llega con la factura hay opciones entre las cuales figura que si se es jubilado (que cobre la mínima) o si es beneficiario de la asignación universal por hijo podrá seguir siendo beneficiado con el subsidio.
Como señale en el segundo comentario, toda la cuestión pasa sobre el bienestar social o el bienestar individual.
En fin, temas largos, hay que organizar otra cena cuando todos vuelvan de sus respectivas vacaciones.