jueves, 22 de noviembre de 2012

El Shopping Gigante y la Deuda del Pizzero.

El mundo visto desde el punto de vista del comercio internacional es como un gigantesco shopping donde se agrupan los minoristas, los mayoristas y los proveedores todos en un solo lugar. Un lugar donde podemos comprar de todo. Algunas cosas más caras o más baratas, otras de mayor o inferior calidad.  Algunas en mayor cantidad y otras en menos. Es un gran shopping donde los únicos compradores que hay son los propios dueños y empleados de los locales del shopping y forman entre ellos cadenas de producción y consumo.

Cualquier local que se encuentre en un shopping tiene un objetivo: obtener una rentabilidad a partir de su actividad o, mejor dicho, vender más de lo que compra. Es evidente que esto es imposible porque el total de las ventas restado el total de las compras es igual a cero, entonces tiene que existir un motivo por el cual uno de los locales esté dispuesto a renunciar a su rentabilidad. Este motivo puede ser que el local sea muy rico y decida comprar muchos bienes para el dueño y sus empleados, esté invirtiendo para ampliarse o se esté stockeando para ventas futuras.
El mundo funciona igual, hay países con diferentes ofertas de bienes y servicios, diferentes capacidades comerciales y diferentes patrones de consumo externo, por lo que hay países que tienden a comprar más de lo que venden y países que tienden a vender más de lo que compran. La diferencia entre el total de ventas al exterior y el total de compras del exterior es lo que llamamos Balanza Comercial.
Todos escuchamos hablar muchas veces de balanza comercial y hasta algunos seguramente tienen muy claro lo que es. En realidad el concepto es muy simple, pero adentro encierra numerosas variables, soluciones y problemas que lo vuelven un poco más jugoso que la simple ecuación de X – M.
Para empezar, deberíamos preguntarnos por qué es importante la balanza comercial. Si bien es obvio en el ejemplo del Shopping, no es tan evidente si lo pensamos desde un punto de vista monetario. Si todos los países comercializarían en sus propias monedas es muy probable que los tipos de cambio de los países más comerciales fluctuarían caóticamente en el cosmos del mercado y esto volvería imposible el comercio. Solamente imagínense el mensaje del banco informándonos que por el pago del contenedor que acabamos de enviar a Colombia nos llegaron 45 pesos, 5630 dólares, 400.560 yenes, 4000 yuanes, 7665 euros, 3454 dólares canadienses y 500 soles. Por esta razón y por motivos históricos los cuales no desarrollaremos hoy, se acordó tácitamente que el comercio se desarrollaría en dólares estadounidenses (USD). Esto da un valor de referencia a los bienes y servicios que se comercializan a nivel mundial. Así como casi todos los países al vender reciben dólares, necesitan de esa misma divisa para realizar una compra del exterior; por lo tanto acá surge el primer inconveniente de la balanza comercial y la importancia de la misma. Tener una balanza comercial negativa supone tener una pérdida de la divisa necesaria para seguir manteniendo ese nivel de consumo externo, para poder mantener ese nivel los países tienden a endeudarse generando obligaciones que solo son posibles de pagar revirtiendo la situación y logrando una balanza comercial positiva o tomando más deuda de otra fuente.
Al ser un acuerdo tácito hay países que no lo respetan. Gran parte del comercio mundial se desarrolla en otras monedas, pero solamente cuando alguna de las partes involucradas en el intercambio comercial es el emisor de esa divisa. El caso más común es el del comercio con la Unión Europea, cuyas empresas a veces envían y reciben Euros del exterior. Esta práctica también es desarrollada por Japón, pero solo cuando recibe pagos.
La problemática del emisor de la moneda es muy importante porque determina el patrón de comercio mundial alrededor de la estructura monetaria norteamericana, o sea, de las decisiones de la Reserva Federal. Esto determina uno de los principales elementos de poder de Estados Unidos y lo posiciona como eje central del comercio mundial, porque es el único local en todo el shopping que emite papelitos con los cuales todos los demás locales se compran y venden entre ellos. Y no solo eso, si no que además determina su valor.
Pero además esto encaja directamente con el mercado financiero, o sea, el mercado de deudas. La gran mayoría de las deudas externas de los países mundiales están expresadas en dólares, por la confianza que este genera. Que estén expresadas en una u otra moneda no es algo menor, justamente por el mismo motivo que mencionamos en el párrafo anterior. Por lo tanto los países con deudas en dólares necesitan de esa misma divisa para pagar esa deuda, en otras palabras, necesita una balanza comercial positiva para tener un ingreso genuino de divisas para el pago de deuda.
Viéndolo así, es muy importante para el patrón de comercio internacional actual que Estados Unidos coloque deuda en otros países y que tenga una balanza comercial negativa, equilibrando a aquellos países con balanzas positivas para mantener el caudal de divisa norteamericana en el resto del planeta, aunque por lo general se ocupan más del primer método que del segundo.
En términos generales, a mi entender, el comercio mundial gira alrededor de 4 ejes:
1 – Estados Unidos: Es el dueño del medio más común de intercambio y uno de los países que más valor exporta al resto del planeta.
2 – La UE + Japón: Europa y Japón también tiene una moneda de intercambio, pero es poco usada en transacciones donde el bloque del viejo continente y el país asiático no tengan participación. También son exportadores de valor agregado.
3 – China: El motor de su economía siempre fue la potencialidad de su mercado interno, pero fundamentalmente la competitividad en costos respecto del resto del planeta para exportarles desde alfileres hasta reactores nucleares.
4 - Resto de los BRICS: Brasil, Rusia, India y Sudáfrica son países con gran cantidad de población, abundantes recursos naturales y amplios territorios, características que por lo general no poseen el resto de los países del mundo. En los últimos años han logrado desarrollos sorprendentes y altísimas tasas de crecimiento, lo que los posiciona como competidores en el área industrial y exportadores naturales de recursos primarios.
Los tres primeros ejes son compradores de materias primas debido a la necesidad que tienen de ellas para mantener su estructura industrial y el nivel de consumo interno. El cuarto eje y el resto de los países del mundo por lo general son exportadores de commodities y compran bienes de capital o de gran valor de los países de los tres primeros ejes.
Estados Unidos es el país con mayor cantidad de deuda externa en el mundo, pero como decía un gran amigo mío, lo importante no es el tamaño de la deuda, si no su capacidad de pago. Estados Unidos tiene la deuda EN DOLARES más grande del mundo, pero el mismo es emisor de su propia divisa de deuda, por lo tanto es eternamente solvente en términos de deuda externa. Esto es lo que retroalimenta la confianza en el dólar porque “Estados Unidos siempre paga”, lo que fortalece nuevamente el poder de una moneda confiable, estable en términos de valor nominal y real y que siempre cumple.
En última instancia, todos fabricamos empanadas y debemos pizzas, mientras que Estados Unidos debe pizzas y es el único que fabrica pizzas, lo cual es, en última instancia, lo que legitima su poder económico, político y comercial.
Un saludo!
Alejandro Tomás Scasserra



Aclaración: La Balanza total de entrada y salida de divisas de un país se llama Balanza de Pagos,la cual incluye pagos de utilidades empresarias, balanza de servicios, pagos de intereses, gastos de residentes y no residentes, etc; pero en el artículo nos limitamos a la balanza comercial para entender la incidencia del dólar norteamericano en el comercio mundial de bienes.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Amo y Señor de la Política Cambiaria



Trabajar en un Banco muchas veces puede ser un poco vacío si nos limitamos a pensar que la funcionalidad de uno no es entender el porqué de sus acciones, sino simplemente ejecutar una serie de programas informáticos y procesos engorrosos de carga de datos mientras vemos como pasan por nuestros ojos millones de dólares. Sin embargo fuera de la cotidianeidad de los hechos encontramos una serie de instrumentos que no están ahí simplemente para alimentar el crecimiento de las utilidades extraordinarias del capitalista financiero, sino que además esta ahí para mantener un orden económico que mueve la preciada aguja del comercio internacional y, por lo tanto, también mueve la aguja de la balanza comercial, de la rigurosidad de las medidas contra el dólar, del nivel de consumo interno en el país, del tipo de cambio diario y de la deuda externa del país, entre otros.

Hablar estos  instrumentos puede ser muy interesante, pero el análisis jurídico de las normas del BCRA me aburre un poco. Sin embargo hay una serie de efectos que producen esas normas que hacen en su conjunto al caudal del chorro de dólares que proviene del exterior. Por ejemplo:
- Los importadores no pueden enviar pagos anticipados al exterior si tienen algún anticipo pendiente de regularización.
- Los importadores no pueden girar divisas al exterior si no tienen la DJAI aprobada. La DJAI es un instrumento de AFIP para controlar el volumen y las características de los bienes que ingresan al país.
- Los exportadores que no ingresan las el total de las divisas correspondientes a un determinado embarque no pueden cobrar reintegros de NINGUN embarque, hasta que regularicen la situación.
- Los exportadores tienen 15 días, una vez que ingreso la divisa en el país, para negociarla en el mercado de cambios y liquidar el equivalente en pesos en su cuenta.
Normas hay muchas y acá simplemente mencione algunas que tienen que ver con dos temas fundamentales para el BCRA: que se importe lo menos posible y solamente lo que se considere que debe ingresar en el territorio nacional y que de todo lo que se exporte ingrese al país el 100% de las divisas.

El motivo de esta ecuación es mantener la balanza comercial lo más superavitaria posible y controlar el nivel de bienes extranjeros en el país para evitar la competencia con los productos nacionales.





La gran caja verde del BCRA

A través de sus mercenarios llamados “bancos comerciales”, el Banco Central de la República Argentina es amo y señor de todos aquellos dólares que no sean de un agente privado, o sea que tiene alcance sobre toda la circulación de “verdes” en el mercado oficial. Todo exportador que ingresa dólares en el país tiene la obligación de darle los dólares al BCRA y este le otorga el equivalente en pesos, todo importador que desee pagar al exterior le da pesos al BCRA y este envía su equivalente en dólares a su proveedor del exterior, toda persona o empresa que compre o venda un dólar en el mercado oficial se lo compra y se lo vende al BCRA.

¿Pero para que quiere tantos dólares el Banco Central? 

La primera observación que debo hacer de mi burda pregunta es que el BCRA no “quiere” dólares, sino que los “necesita”. El porqué de la restricción al Mercado Único y Libre de Cambios (que no es único ni libre) está explicado mucho mejor en mi artículo "Dólar: Nada de Deuda, Nada de Santos o Demonios", pero vamos a repetir una serie de variables que influyen en esta “necesidad”:



- La inflación de los últimos años deterioró el tipo de cambio real; o sea que aumentaron los precios relativos de los bienes nacionales con respecto a los extranjeros. En otras palabras, se abarataron las importaciones y encarecieron las exportaciones lo cual inclina la balanza hacia una fuga mayor de divisas.
- El aumento de precios y las bajas tasas de interés pasivas de los bancos (las tasas de plazos fijos, por ejemplo), llevaron a que los individuos tuvieran dos opciones: consumir o refugiarse en el tesoro norteamericano. La opción B dejó de ser viable para el BCRA por el deterioro sufrido del tipo de cambio real descrito en el punto anterior.
- En 2012 se pagaron más de 7.000 millones de dólares en deuda externa, alfa y omega de esta política de balanza comercial superavitaria.
- Dada la demanda de dólares, para evitar que aumente el precio del mismo en el mercado oficial, el BCRA gastaba toneladas de papelitos norteamericanos para “esterilizar” el tipo de cambio. Imagínense que si todo el mundo sale a comprar dólares y el BCRA no provee los mismos, la cantidad de billetes se acaba rápidamente y el precio del dólar empieza a subir estrepitosamente.

Y como todo en economía esta relacionado y todos “vivimos revolcados en un merengue y en un mismo lodo”, llegamos otra vez al mismo tema: La Inflación.
Tanto se habla de este tema y tantas opiniones encontradas existen sobre el origen y la causa de la inflación que al final estamos todos confundidos. Mi conclusión y mi análisis ya lo conocen y cada uno puede creer lo que quiera. Lo único seguro es que no existe una única versión y entonces tenemos un severo problema: no nos ponemos de acuerdo en cual es el origen de todos los males económicos que tiene nuestro país y entonces no se sabe que es lo que hay q atacar.

La inflación es la causa de la restricción al dólar, de la falta de inversión, de la depreciación del salario, de la retracción del consumo, de la puja distributiva, de tasas de interés exorbitantes, de un INDEC mentiroso y de la mirada desaprobadora de la comunidad internacional. En esta ensalada de variables parece nuevamente el encargado de que no se desbaraten los logros conseguidos durante los años de Néstor: El BCRA tiene la misión de al menos sostener las reservas que supo ganar a través de una economía con exportaciones realmente competitivas en años anteriores y que ahora se sostienen a través de las distorsiones al mercado cambiario impuestas por este ente de regulación financiera. 

Una vez un amigo me dijo “el presidente del banco central debe ser siempre pelado, porque con ese estrés se le debe caer el pelo”, yo apoyo ese comentario, pero parece que Marcó del Pont por ahora se mantiene invicta. Ya se que tiene poco pelo, pero todos sabemos que es por simplemente por una cuestión de look, y si no me creen miren que contenta que está:


Saludos!

Alejandro Tomás Scasserra