sábado, 10 de noviembre de 2012

Amo y Señor de la Política Cambiaria



Trabajar en un Banco muchas veces puede ser un poco vacío si nos limitamos a pensar que la funcionalidad de uno no es entender el porqué de sus acciones, sino simplemente ejecutar una serie de programas informáticos y procesos engorrosos de carga de datos mientras vemos como pasan por nuestros ojos millones de dólares. Sin embargo fuera de la cotidianeidad de los hechos encontramos una serie de instrumentos que no están ahí simplemente para alimentar el crecimiento de las utilidades extraordinarias del capitalista financiero, sino que además esta ahí para mantener un orden económico que mueve la preciada aguja del comercio internacional y, por lo tanto, también mueve la aguja de la balanza comercial, de la rigurosidad de las medidas contra el dólar, del nivel de consumo interno en el país, del tipo de cambio diario y de la deuda externa del país, entre otros.

Hablar estos  instrumentos puede ser muy interesante, pero el análisis jurídico de las normas del BCRA me aburre un poco. Sin embargo hay una serie de efectos que producen esas normas que hacen en su conjunto al caudal del chorro de dólares que proviene del exterior. Por ejemplo:
- Los importadores no pueden enviar pagos anticipados al exterior si tienen algún anticipo pendiente de regularización.
- Los importadores no pueden girar divisas al exterior si no tienen la DJAI aprobada. La DJAI es un instrumento de AFIP para controlar el volumen y las características de los bienes que ingresan al país.
- Los exportadores que no ingresan las el total de las divisas correspondientes a un determinado embarque no pueden cobrar reintegros de NINGUN embarque, hasta que regularicen la situación.
- Los exportadores tienen 15 días, una vez que ingreso la divisa en el país, para negociarla en el mercado de cambios y liquidar el equivalente en pesos en su cuenta.
Normas hay muchas y acá simplemente mencione algunas que tienen que ver con dos temas fundamentales para el BCRA: que se importe lo menos posible y solamente lo que se considere que debe ingresar en el territorio nacional y que de todo lo que se exporte ingrese al país el 100% de las divisas.

El motivo de esta ecuación es mantener la balanza comercial lo más superavitaria posible y controlar el nivel de bienes extranjeros en el país para evitar la competencia con los productos nacionales.





La gran caja verde del BCRA

A través de sus mercenarios llamados “bancos comerciales”, el Banco Central de la República Argentina es amo y señor de todos aquellos dólares que no sean de un agente privado, o sea que tiene alcance sobre toda la circulación de “verdes” en el mercado oficial. Todo exportador que ingresa dólares en el país tiene la obligación de darle los dólares al BCRA y este le otorga el equivalente en pesos, todo importador que desee pagar al exterior le da pesos al BCRA y este envía su equivalente en dólares a su proveedor del exterior, toda persona o empresa que compre o venda un dólar en el mercado oficial se lo compra y se lo vende al BCRA.

¿Pero para que quiere tantos dólares el Banco Central? 

La primera observación que debo hacer de mi burda pregunta es que el BCRA no “quiere” dólares, sino que los “necesita”. El porqué de la restricción al Mercado Único y Libre de Cambios (que no es único ni libre) está explicado mucho mejor en mi artículo "Dólar: Nada de Deuda, Nada de Santos o Demonios", pero vamos a repetir una serie de variables que influyen en esta “necesidad”:



- La inflación de los últimos años deterioró el tipo de cambio real; o sea que aumentaron los precios relativos de los bienes nacionales con respecto a los extranjeros. En otras palabras, se abarataron las importaciones y encarecieron las exportaciones lo cual inclina la balanza hacia una fuga mayor de divisas.
- El aumento de precios y las bajas tasas de interés pasivas de los bancos (las tasas de plazos fijos, por ejemplo), llevaron a que los individuos tuvieran dos opciones: consumir o refugiarse en el tesoro norteamericano. La opción B dejó de ser viable para el BCRA por el deterioro sufrido del tipo de cambio real descrito en el punto anterior.
- En 2012 se pagaron más de 7.000 millones de dólares en deuda externa, alfa y omega de esta política de balanza comercial superavitaria.
- Dada la demanda de dólares, para evitar que aumente el precio del mismo en el mercado oficial, el BCRA gastaba toneladas de papelitos norteamericanos para “esterilizar” el tipo de cambio. Imagínense que si todo el mundo sale a comprar dólares y el BCRA no provee los mismos, la cantidad de billetes se acaba rápidamente y el precio del dólar empieza a subir estrepitosamente.

Y como todo en economía esta relacionado y todos “vivimos revolcados en un merengue y en un mismo lodo”, llegamos otra vez al mismo tema: La Inflación.
Tanto se habla de este tema y tantas opiniones encontradas existen sobre el origen y la causa de la inflación que al final estamos todos confundidos. Mi conclusión y mi análisis ya lo conocen y cada uno puede creer lo que quiera. Lo único seguro es que no existe una única versión y entonces tenemos un severo problema: no nos ponemos de acuerdo en cual es el origen de todos los males económicos que tiene nuestro país y entonces no se sabe que es lo que hay q atacar.

La inflación es la causa de la restricción al dólar, de la falta de inversión, de la depreciación del salario, de la retracción del consumo, de la puja distributiva, de tasas de interés exorbitantes, de un INDEC mentiroso y de la mirada desaprobadora de la comunidad internacional. En esta ensalada de variables parece nuevamente el encargado de que no se desbaraten los logros conseguidos durante los años de Néstor: El BCRA tiene la misión de al menos sostener las reservas que supo ganar a través de una economía con exportaciones realmente competitivas en años anteriores y que ahora se sostienen a través de las distorsiones al mercado cambiario impuestas por este ente de regulación financiera. 

Una vez un amigo me dijo “el presidente del banco central debe ser siempre pelado, porque con ese estrés se le debe caer el pelo”, yo apoyo ese comentario, pero parece que Marcó del Pont por ahora se mantiene invicta. Ya se que tiene poco pelo, pero todos sabemos que es por simplemente por una cuestión de look, y si no me creen miren que contenta que está:


Saludos!

Alejandro Tomás Scasserra

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