Hace
poco más de 60 años que el argentino Raul Prebisch, por entonces directivo de
la CEPAL, formulaba la teoría que sirvió como fundamento para los planes de industrialización
de los países de América Latina. Su teoría, conocida como “Teoría del deterioro
de los términos de intercambio”, se basaba principalmente en demostrar que una
unidad de un bien primario tiene a deteriorar su precio en términos relativos a
una unidad igual de un bien industrializado a medida que el tiempo transcurre.
Es decir, a medida que pasa el tiempo, los bienes industrializados iran aumentando de precio relativamente a los
productos primarios.
Esta
teoría se basa a partir del hecho de que el progreso tecnológico logra un
factor diferencial en el tiempo, sin embargo el trigo o la soja son siempre
trigo y soja, aunque se modifiquen sus técnicas de producción.
El
razonamiento nos lleva a un problema exclusivo de comercio exterior con un
condimento histórico. Hasta la crisis de 1930 los países construían sus
patrones de producción en base a los factores productivos en los cuales tenían ventaja
comparativa, es decir, los países más competitivos en capital debían especializarse
en la producción de bienes industriales y los países competitivos en tierra y/o
mano de obra debían especializarse en la producción de bienes primarios.
Posteriormente
a la crisis, los países que se especializaban en la producción de materias
primas empezaron a sufrir del proteccionismo de las debilitadas economías de
los países industriales y quedó en evidencia su dependencia del sector externo.
En
este contexto, la teoría de Prebisch fue un justificativo teórico muy
importante para promover la sustitución de importaciones, puesto que el tiempo
obligaba a los países de la periferia a exportar mayor cantidad de producción primaria
para comprar del exterior la misma cantidad de bienes industrializados.
El
Olvido
A
partir de la década del 90 la teoría de Prebisch empezó a quedar fuera de
vigencia. El auge del crecimiento de las economías asiáticas produjo una gran
demanda a productos primarios y los países de la periferia empezaron a
experimentan grandes superávit comerciales a partir de la exportación de estos
bienes. Durante mucho tiempo se hablo de que la Teoría del Deterioro de los Términos
de Intercambio estaba quedando obsoleta.
Incluso
durante la crisis del 2009, los países que menos sintieron el cimbronazo fueron
aquellos cuyo mayor volumen de exportaciones se basaba en productos primarios,
totalmente opuesto a lo que había ocurrido en 1930.
Si
bien la mentalidad nunca volvió al dedicarse pura y exclusivamente a la producción
de bienes primarios, la importancia de una economía industrial se relativizó.
La Resurrección
Sin
embargo, luego de la crisis el mundo comenzó a cambiar nuevamente. El impulso
de los países emergentes encabezados por China comenzó a menguar, las tasas de
crecimiento empezaron a perder volumen y los superávit comerciales se
redujeron. Con la desaceleración de China, entre otros, cayo la tasa de
crecimiento de los países de la periferia. Incluso Brasil, que vivió
un crecimiento superlativo y se comenzaba a codear con los grandes jugadores
mundiales, está experimentando tasas más bajas afectando a sus vecinos.
Parece
haber llegado un momento de evaluación, en el cual hay que replantearse si las decisiones
tomadas en los últimos 20 años permitirán la adaptación de las economías emergentes
al nuevo mundo. Si bien el auge de los commodities no ha pasado, la reducción en
los precios nos da una pauta de lo que puede venir.
¿Ha
llegado el momento de reconvertirse?
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